Córdoba is different
Hace ya unos años que dejamos de utilizar postales como recuerdo de un viaje o para enviar a familiares y amigos. Pero entre los coleccionistas siguen siendo objetos muy cotizados, especialmente las más raras y antiguas. Aunque las cartulinas en color apenas son apreciadas por estos, tanto por su escasa antigüedad como por sus imágenes menos pintorescas. A pesar de ello, para mí, tienen un gran interés, ya que muestran como comenzó a cambiar España a finales de la década de 1950. Estas fotografías fueron utilizadas al servicio de la propaganda turística del franquismo, recuerdan su célebre eslogan: "Spain is different". Una campaña que aprovechó la novedad de la fotografía en color para mostrar el gran atractivo de nuestros monumentos y nuestras playas, ofreciendo una imagen moderna del país y, al mismo, tiempo rancia, al ser incapaz de renunciar a los tópicos de charanga y pandereta, con imágenes de flamencos y españolas vestidas de faralaes. En el caso de Córdoba, las postales de este periodo, más allá de la inmortal Mezquita, son muy variadas y nos muestran casi por primera vez una ciudad en color. Además, capturan los numerosos cambios urbanísticos y el desarrollo impulsado por alcaldes como Antonio Cruz Conde.
Las compañías especializadas en la edición de postales fueron muy numerosas, como las zaragozanas Arribas o García Garrabella o la temprana colección cordobesa de Pepe Jiménez. Pero la reina de la postal en color fue la firma barcelonesa Fisa Escudo de Oro que, desde 1956, comercializó coloridas cartulinas cordobesas. Técnicamente sus postales son impecables. Las fotografías poseen un detalle y una definición extraordinaria gracias al proceso de reproducción de cuatricomía que casi no generaba trama ni ruido de imagen. Sus colores, aunque hoy por el paso del tiempo no son lo que fueron, son brillantes y saturados, mostrando esos cielos tan característicos de un azul infinito. Pero en sus cartulinas, de 105x150 mm, algo mayor que el de las clásicas postales en blanco y negro, nunca aparece referencia a su autores. Sin embargo, gracias a sus libros titulados "Todo ..." conocemos que son obra de fotógrafos de la talla de Oronoz, Nicolas Muller o Francesc Català-Roca.
Increíblemente, hasta hace unos años, nadie quería estas tarjetas. Pero en la actualidad, algunas de estas postales por fin comienzan a acercarse a los precios de las tarjetas más antiguas, ya que comienzan a envejecer como el buen vino, convirtiéndose en un documento gráfico indispensable para entender los años del desarrollismo y apertura, al menos al turismo, de la dictadura.
Comentarios
Publicar un comentario