Dícese del aparato fotográfico que se coloca bajo el objetivo de la ampliadora para establecer el tamaño de la copia,sus proporciones y mantener plano el papel.
Bueno a pocas horas de que finalice el 2017 acabo de cerrar un importante ciclo para mi y que comenzó en octubre de 2016 con el hallazgo de parte del archivo fotográfico de la casa Garzón de Córdoba. Hoy finaliza con la subida del fondo a la web del Archivo Municipal de Córdoba, donde se pueden consultar las casi 600 imágenes que lo componen. Aunque la piezas ascienden a más de 1100 entre negativos de vidrio, acetato, copias fotográficas, postales y objetos del estudio y el laboratorio del retratista. Las imágenes en su mayoría son de Córdoba pero también hay iinstantáneas de Málaga, Ronda, Sevilla, Granada y Toledo.
Ha sido un auténtico reto en el que tengo que agradecer la confianza que Ana Verdú y su equipo del Archivo han depositado en mi. Un trabajo muy amplio que comenzó con el estudio previo del legado y que continuó con la realización de la exposición y el catálogo de mayo y que ahora culmina con la finalización de los trabajos de estabilización, documentación, digitalización y difusión del legado de este gran fotógrafo granadino, Rafael Garzón Rodríguez.
Se que he estado muy pesadito con el tema, por lo que he tenido el blog muy abandonado. En el 2018 os deseo a todos un feliz año, yo por mi parte amenazo con nuevos proyectos.
Como veréis tengo un poco abandonado el blog, pero no creáis que lo he olvidado es que llevo un año con muchos proyectos que no me dejan mucho tiempo. Uno de ellos es el de Memoria fotográfica, que hoy traigo al blog con una nueva entrevista que recupera a la fotógrafa egabrense Elvira Ruiz, una pionera de la fotografía de nuestra provincia cuando no era nada fácil ser fotógrafo y menos fotógrafa.
Elvira Ruiz López
(Cabra 14.08.1904/Cabra17.03.1996)
Elvira Ruiz es la heredera de una importante saga de fotógrafos de la localidad cordobesa de Cabra. Sus orígenes fotográficos se remontan a la década de 1880 con su tío Venancio Ruiz y a partir del año 1900 con su padre Rafael Ruiz Romero. Con apenas 12 años, Elvira comienza a ayudar en el estudio familiar de la calle Juan Valera, donde desarrollará una gran pasión por la fotografía. A los 20 años domina el retrato de estudio gracias a su depurada técnica y a su control de la iluminación tanto natural como artificial. No obstante, la fotógrafa también documentó todo tipo de actos, festividades y acontecimiento de Cabra, prestando una especial atención a la Semana Santa.
En 1930, su padre, ante la gran calidad de sus retratos, la anima a firmar sus fotografías del estudio familiar bajo el sello de Foto Elvira. Un trabajo que es refrendado este mismo año con la consecución del gran premio de la revista Kodak. Durante más de 60 años fue la fotógrafa de Cabra y su comarca, además de maestra de varias generaciones de profesionales egabrenses que se formaron en su estudio como Medina, Moreno, González Meneses o Manuel Rascón, entre otros.
Hola a todos, tras el parón veraniego vuelvo con el blog y con un gran reto que os quiero trasladar. Hace ya casi 20 años que dedico gran parte de mi tiempo a la investigación de la historia de la fotografía cordobesa. En todo este tiempo, uno de mis grandes deseos es encontrar el daguerrotipo que el fotógrafo cordobés J. Albors realizó de la Mezquita en 1844. Hasta ahora la búsqueda no sólo de esta foto, sino de cualquier imagen del pionero cordobés ha sido infructuosa. Por ello os voy a pedir vuestra colaboración para difundir esta búsqueda por la redes sociales, a ver si con la ayuda de todos los amigos y amantes de la cultura consiguiéramos este reto. 1 ¿Qué busco? Busco un daguerrotipo o primer sistema fotográfico de la historia que muestre una imagen de la ciudad de Córdoba.
Paquete daguerriano.
2 ¿Cómo es un daguerrotipo? Los daguerrotipos son fotografías realizadas sobre una placa de cobre con una lámina plateada. La forma más sencilla de identificarlos es moverlos y veréis como la imagen cambia de positivo a negativo. Es decir los tonos claros cambiarán a oscuros y los oscuros a claros. Además, su capa plateada hace que nos reflejemos en la foto como si fuera un espejo. Habitualmente su tamaño es pequeño, oscila entre 15 por 20 cm de los mayores, conocidos como placa completa, y el menor de 7 por 8 cm o sexto de placa.
Daguerrotipo sin protección de una dama cordobesa.
3 ¿Qué aspecto tiene? Los daguerrotipos tenían dos tipos de acabado: en marcos o en paquetes daguerrianos. Ambos encapsulaban la placa para evitar su contacto con cualquier objeto, con el aire o la humedad. No obstante, muchos han perdido sus protecciones y son una simple plancha de metal.
Daguerrotipo de Toledo encontrado hace unos años.
4 ¿Qué muestra? Realmente solo tenemos referencias muy vagas de su contenido iconográfico por un anuncio de prensa: ... "incluyendo la famosa vista de la Mezquita premiada en el concurso de arte que tuvo lugar en esta ciudad en 1844". Por ello la fotografía podría mostrar cualquier vista de la Mezquita Catedral desde cualquier punto de la ciudad. 5 ¿Que haríamos si aparece? Lo primero estudiarlo para conocer en que estado se encuentra y recoger toda la información posible. Luego lo ideal sería difundir el hallazgo y a partir de ahí lo que su propietario desee. 6 ¿Qué valor tiene? Histórica, documental y fotográficamente su valor es enorme, ya que nos mostraría no sólo una de las primeras fotografías realizadas en la ciudad, sino la imagen más antigua de Córdoba. Su divulgación nos permitiría aumentar el conocimiento de nuestra ciudad y revalorizar la cultura cordobesa. 7 ¿Qué precio tiene? Bueno si lo encontráramos y su propietario lo quisiera vender no le iban a faltar compradores, ya que en toda España no se conservan más de una docena de daguerrotipos con motivos arquitectónicos y estos suelen ser muy cotizados por los coleccionistas e instituciones. Pero concretando, en el mercado actual y con la difusión que obtendría de una iniciativa como esta podría superar los 10.000 €. 8 ¿Dónde puede estar? Realmente cualquier familia cordobesa puede tener este daguerrotipo colgado de una pared o en un cajón olvidado. Mi idea es rescatar este pequeño tesoro para darlo a conocer a todo el mundo. 9 ¿Como contactar conmigo? Bueno además de por las redes sociales o el blog lo más directo en este mail: imasgen@gmail.com Bueno amigos, ya termino pidiendo de nuevo vuestra generosa colaboración en la difusión de esta difícil misión. Ojalá seamos capaces de encontrarlo.
Por segundo año consecutivo se me ha echado el tiempo encima y a mediados de 2017, ya un poco pasado, os traigo mi selección de imágenes del trabajo de 2016. Un año marcado sin duda por las celebraciones del 75 aniversario de mi Diario, aunque aquí me he decantado por una selección de temas sociales, políticos y arquitectónicos que espero os gusten.
Hace solo unos días que ha terminado la Bienal y ya tenemos una magnifica exposición en las salas cordobesas con Patrimonio Flamenco en la Fundación Rafael Botí. Eso sí, es una muestra organizada por la Biblioteca Nacional con magnificas fotografías, pero cuyo nudo argumental es la historia del arte flamenco a través de distintas disciplinas artísticas. Para ello han elegido grandes fotógrafos históricos como Charles Clifford o Emilio Beauchy. Pero los más presentes son dos autores de la segunda mitad del siglo XX un tanto olvidados como Gyenes y Vicente Ibáñez. Estos comparten espacio con creadores de la talla de Antonio Saura, Goya, Fortuny o Tapies.
Dos retratistas como la copa de un pino que fotografiaron a toda la gente chic del desarrollismo y que en esta exposición nos muestra como con tan sólo un fondo liso y el magistral uso de la luz se pueden realizar extraordinarios retratos. Por desgracia, su obra hay quien la ligó al franquismo. Pero por suerte en los últimos años se ha recuperando el legado de estos extraordinarios retratistas, muy especialmente desde la BNE que organizó en 2011 una antológica de Gyenes y adquirió el archivo de Vicente.
En la red no existen apenas fotos suyas con calidad, por lo que no os podéis perderos esta muestra, donde con una docena de sus imágenes se puede aprender más de retrato que en todos los tutoriales que hayáis podido ver en youtube.
Hace unos años la Diputación Provincial de Córdoba dedicó una magnifica exposición a Ladislao Rodríguez Benitez, uno de los grandes fotoperiodistas cordobeses del siglo XX. La muestra iba a ir acompañada de un catálogo, pero este se demoró y por suerte ahora se ha convertido en un libro que reúne el trabajo de este reportero en el año del centenario de su nacimiento.
Mañana lunes 15 de mayo se va a presentar a las 20:30 en el salón de actos de la Diputación Provincial de Córdoba. Un cita ineludible para conocer mejor las fotografías y la Córdoba que tan magistralmente supo retratar Ladis y que tuve la suerte de conocer de la mano de su hijo, Ladis, en una entrevista de Memoria Fotográfica.
Por cierto parece que a los asistentes se les va a regalar un ejemplar del mismo. Otro motivo para no faltar.
Bueno tras unos intensos meses de trabajo ya está funcionando la exposición sobre el fotógrafo granadino Rafael Garzón Rodríguez. He tenido la suerte de coordinar el trabajo de la muestra, mayoritariamente con fotos de Córdoba, y el catálogo que pone en valor toda su obra e intenta contar un periodo apasionante de la fotografía andaluza.
Así que tenéis una cita ineludible con la expo que se puede visitar hasta el 15 de junio en el Archivo Municipal de Córdoba en la calle Sánchez de Feria 6.
En este enlace se puede descargar el catálogo online de forma gratuita.
Hoy ha sido uno de esos días por los que te tiras dos años esperando a que llegue la Bienal. Y es que hemos tenido la suerte de volver a contar en Córdoba con Joan Fontcuberta. Un personaje único de las artes plásticas españolas y sin duda uno de los grandes agitadores intelectuales de la cultura visual en Europa. Yo tuve la suerte de conocerlo hace mucho mucho mucho tiempo en una galaxia cultural muy lejana gracias a mi amigo José Carlos Nievas, con quien me embarque, en mi por entonces nueva Yamaha Special, para ir a a Sevilla a ver su exposición Fauna. Por entonces, yo era un joven aún más ignorante de lo que lo soy ahora y claro el impacto de su obra fue brutal.
Desde entonces, Joan no ha cesado de provocarnos con sus obsesiones, muy especialmente la mentira de la fotografía. En la actualidad es uno de los pocos creadores españoles que posee dos premios nacionales de las artes, uno en fotografía y otro en ensayo. Además, Fontcuberta es igualmente respetado y denostado tanto por los fotógrafos clásicos como por los denominados creadores contemporáneos, que por cierto de los dos bandos había esta noche en la abarrotada sala Vimcorsa.
Pero para mi, más allá de su basta cultura y preparación, su gran valor es la de hacernos pensar de donde viene la fotografía y a donde va. Estaremos más o menos de acuerdo con sus postulados, pero esa reacción que su obra, sus textos o sus charlas propone nos obliga a pensar porqué estamos en esto de hacer fotos. Y cuando esto lo consigue con sencillez, un vocabulario muy accesible y encima sabiendo que es un rollo de TRI-X o un bote de Rodinal, me alegro una hartá de tener en nuestro país un intelectual de su talla. Por cierto Joan, te he hecho caso y no he saturado más el universo de fotos con una de la conferencia, por lo que me he apropiado de una de tus fotos. Ya sabes solo por aquello de reciclar.
Como todos sabréis de sobra, el pasado jueves abrió la Bienal Internacional de Fotografía de Córdoba. Aún no he podido ver muchas exposiciones, pero, por lo que he visto y más allá de La Maleta Mexicana, es indudable que es una Bienal con propuestas muy diferentes para gustos muy dispares. Algo que creo que es intrínsecamente muy bueno y eso que hay algunas propuestas que no me interesan lo más mínimo.
La Bienal es la gran fiesta de la fotografía en Córdoba, son muchas exposiciones y actividades en un periodo de tiempo limitado. Algo que nunca me ha gustado a la hora de intentar participar, ya que tanta oferta, y más si es de calidad, genera una competencia muy dura y puede hacer que tu proyecto pase desapercibido.
Ausencias de Manuel Jesús Pineda.
Por ello hoy os quiero recomendar que no os perdáis al menos dos exposiciones muy potentes. Una es el trabajo de Manuel Jesús Pineda titulado Ausencias. Sin duda una gratísima sorpresa que nos depara la Bienal Parela de este año y que al no estar en una de las salas del centro puede pasar desapercibida. Su autor la define como "una serie de rostros de pasajeros anónimos que en su quehacer diario se desplazan en los diferentes medios de transporte público de un lugar a otro de la ciudad". Pero a mi modesto parecer detrás de estos retratos hay un profundo estudio sicológico de la soledad del ser humano en nuestra sociedad del siglo XXI. Unas imágenes que rayan en lo patológico y que derivan hacia una estética que retrotraen a un mundo entre la locura y el terror. Sin duda un enorme trabajo.
En las antípodas de este proyecto se encuentra la muestra Historia gráfica de la Guerra Civil en Córdoba. Se trata de la colección más importante reunida sobre el conflicto bélico en nuestra provincia propiedad de Juan Manuel Fernández. Un documento único que muestra como se fotografió la guerra desde los dos bandos con una presentación aséptica y un contenido completísimo. La exposición esta muy bien presentada y es de un gran nivel. Además, es un tema que no se había acometido nunca en nuestra Córdoba y que era muy necesaria.
De momento es mi primera impresión de la Bienal, que ya iré ampliando a lo largo de las próximas semanas según pueda ir visitando las distintas propuestas.
Bueno tras varios meses sin director en el Centro Andaluz de
la Fotografía, tampoco es que se haya notado mucho, hoy se ha conocido al nuevo
responsable del centro, el manchego Rafael Doctor. Sin duda, una elección con
garantías, ya que Doctor es una persona con un curriculum impresionante en la
gestión artística y cultural, además de fotógrafo e historiador de la
fotografía. Y si hacemos caso a sus planteamientos iniciales en los que
pretende "un centro fundamental de apoyo y estudio de la historia de la
fotografía andaluza y de los nuevos creadores", sin duda se trata de la
propuesta que hace 25 años necesitaba el CAF, donde ni con Manuel Falces y
mucho menos con Pablo Juliá nunca se favorecieron a los fotógrafos andaluces,
ni a los del pasado, ni a los mayores y tampoco a los jóvenes.
No obstante, y sin ser un descreído por los cinco
lustros de experiencia, habrá que darle tiempo a Rafael, aunque también
presupuesto, para ver si consigue de una vez por todas que el CAF sea la casa
de la fotografía andaluza.
Ayer un amigo me preguntaba que cuando empezaba la Bienal y como no tenía ni idea, no sé porque todo el mundo cree que lo sé todo de la Bienal, me dio por ver si estaba colgada ya la web de la Bienal y bingo ya está disponible la programación.
Ya conocíamos, como anunció el 30 de agosto del año pasado mi Diario, que una de las exposiciones principales sería de Robert Capa, ahora conocemos que se trata de una muestra de los negativos de la Maleta Mejicana. En la sección oficial la acompaña el trabajo de Susan Meiselas sobre Nicaragua, la primera exposición sobre la Guerra Civil en Córdoba comisariada por el académico cordobés Juan Manuel Fernández o la muestra Fronteras de mi compañero Rafa Alcaide, también cordobés, sobre los migrantes en Europa que tomará el bulevar del Gran Capitán. Como veréis esta edición gira entorno al conflicto pero con mucho acierto las propuestas abarcan desde el reporterismo clásico a exposiciones de corte más contemporáneo como la Guerra a través de la colección Michael Zapke o el trabajo sobre Siria Wa Habibi de Carole Alfarah en Casa Árabe.
No os voy a enumerar todas las propuestas que las tenéis en la web. Está como siempre la sección paralela con varias propuestas contemporáneas. Además de nuevas apuestas como un ciclo de cine o las repetición de exitosas actividades de la anterior edición como Un fotógrafo a tu mesa o el Rally fotográfico, así como los clásicos talleres y conferencias, en las que por cierto aparece un servidor que hablará con muchas imágenes sobre Fotoperiodismo y Guerra Civil en Córdoba.
En definitiva, la gran fiesta de la fotografía andaluza ya está aquí, con un programa a mi parecer para todos los gustos, como debe de ser, para darnos durante dos meses un buen atracón de fotografía.
Antes de nada pediros disculpas a los que no les guste mucho el tema de la fotografía antigua, ya que esta es la tercera entrada consecutiva de este año. No obstante, en el blog seguiré hablando de todo tipo de fotografía, pero esta entrada era ineludible con motivo de la adquisición del archivo del retratista granadino Rafael Garzón por parte del Archivo Municipal Córdoba. Sin duda una gran noticia para la fotografía andaluza.
Uno de los más célebres fotógrafos andaluces del siglo XIX es Rafael Garzón
Rodríguez (Granada 1863-1923). Nuestro retratistanace en Granada en 1863 fruto del matrimonio de los granadinos
Nicolás Garzón Sánchez y de Angustias Rodríguez y Ruiz de Almirón. Gracias a su
Nieto Rafael Garzón Valdearenas conocemos que sus primeros contactos con el
mundo de la fotografía son familiares, ya que su hermano mayor Nicolás,
intérprete y anticuario, estaba casado con una hija del fotógrafo francés Charles
Maufsaise. No obstante, y según nos confirmó su nieto, Rafael aprendió la
profesión en Madrid, en el aristocrático estudio de Juan Mon en la Puerta del
Sol 5, ciudad donde se instaló algún tiempo junto a su padre. De vuelta a
Granada, Garzón perfecciona sus conocimientos en el estudio del gran retratista
granadino José García Ayola. Pero en 1883, con tan sólo 20 años, Rafael monta
su primera galería en la calle Real de la Alhambra. Garzón realizó un importante archivo fotográfico monumental
y de vistas de ciudades en el que contaba con tomas de las localidades de
Granada, Sevilla, Málaga, Ronda, Cádiz, Algeciras, Gibraltar, Toledo, Tánger y,
cómo no, Córdoba.
Este modelo de negocio fotográfico también lo
venían desarrollando en la ciudad del Darro varios colegas como el
ciudadrealeño Rafael Señán González(Ciudad Real 1864 – Granada
1909). Y con el que Garzón se
asocia el 1 de Febrero de 1898 para perfeccionar este original y novedoso negocio
fotográfico enfocado a los visitantes que recibía la Alhambra: La galería
turística. En la casa Garzón y Señán los retratistas reúnen todos los servicios
fotográficos que un turista de la época podía requerir: placas fotográficas
para sus cámaras, servicio de revelado, bellas fotografías en distintos tamaños
de los principales monumentos y obras de arte, postales de idéntica temática y por
último el gran atractivo de su estudio, el patio árabe del Kadí. Este recreaba
un patio de la Alhambra, donde los turistas podían fotografiarse como el
mismísimo Boabdil tras disfrazarse con alguna de las prendas y objetos de su
guardarropa y atrezo oriental. Estos recuerdos granadinos tuvieron tal éxito,
que pronto todos los retratistas granadinos lo imitaron construyéndose su propio
patio nazarí.
Rafael Garzón Rodríguez y Rafael Garzón Herranz en la galería cordobesa de la Puerta del Puente.
Sin embargo es muy probable que este éxito
fuera el que provocara la disolución de la sociedad, que llevó a los fotógrafos
a separarse el 21 de septiembre de 1901, aunque legalmente la ruptura empresarial
se produjo en enero de 1904. Tras la ruptura, Señán continúa con su estudio en
Granada: La gran mezquita de Boabdil
en la calle Alhambra 45 y en 1908 decide exportar el negocio a Córdoba, donde
se instala en la plaza del Triunfo, 129. Un estudio que es operado por su
esposa Nicasia Aldeondo.
Por su parte, Garzón además de abrir estudio
en la misma calle Alhambra 14, instalará sucursales de su galería en Sevilla,
en la calle Méndez Núñez, 5, al menos desde 1904, y en nuestra ciudad, donde en
1910 inaugura “La casa del Kalifa” en
la plaza del Triunfo, 127, justo en el local contiguo al de su antiguo socio.
En este estudio, Rafael construye con la ayuda de artesanos granadinos un patio
galería similar al de Granada, pero personalizado para nuestra ciudad con dos
fondos a modo de decorado cinematográfico. Uno simula el interior de la
Mezquita y otro un ventanal que muestra la vista monumental de la ciudad desde
la torre de la Calahorra. Todo personalizado para Córdoba donde ofrecer un servicio fotográfico especializado para el visitante que venía a conocer el
gran templo Omeya.
Aunque
parece que Garzón gestionaba los tres estudios, él sólo dirigía personalmente
la casa de Granada. En el resto de las galerías contaba con la colaboración de
varios miembros de su familia, su cuñado Fernando
Fernández en el estudio sevillano y su hijo Rafael Garzón Herranz(Granada 1890 – Córdoba 1966) seestablece en la casa de Córdoba. Aquí contrae matrimonio con la cordobesa Emilia Alijo
Criado, con la que tiene cinco hijos: Rafael, Emilio, Concepción, José,
Juana y Daniel. Instalándose en Córdoba de forma definitiva.
Pocas instituciones culturales pueden presumir como La Real Academia de Córdoba de una historia de más de dos siglos de vida. Desde que fuera creada, allá por 1810, como una escisión de la Real Sociedad Patriótica del País ha capitaneado gran parte de la cultura, las artes y las ciencias en la ciudad de Córdoba. No obstante, es una entidad no demasiado conocida por la ciudadanía a pesar de los esfuerzos realizados en las últimas décadas por sus directores en abrirse a la sociedad cordobesa. Su historia está conformada por los nombres de los grandes creadores e investigadores de la provincia, pero solo desde 2002 abrió sus elitistas puertas a la fotografía con la incorporación del querido Juan Vacas Montoro como académico correspondiente. Sin embargo, la institución ha contado casi desde sus inicios entre sus miembros con grandes amantes de la fotografía e incluso con fotógrafos profesionales. Aunque la mayoría de estos fotógrafos consiguieron su entrada a la Academia como pintores.
Obras de José Saló, Joaquín Hernandez de Tejada y Ventura Reyes.
Este es el caso de José Saló y Junquet (Mataró 1810 - Córdoba 1877), pintor de reconocido prestigio en la ciudad y primer director de la Escuela de Bellas Artes de Córdoba. En 1854 poseía una galería de daguerrotipista profesional y estaba especializado en retratos de fallecidos. Además de a la academia cordobesa, José también pertenecía de la Academia Nacional de Nobles Artes de San Fernando desde 1870. Idéntica es la historia de Joaquín Hernández de Tejada (¿? 1826 - Córdoba 1871), académico cordobés y de la de San Fernando desde 1868. Fue un destacado pintor de su tiempo en la ciudad, que también tuvo galería de retratos fotográficos en la calle Pedro López desde al menos 1867. Aunque su gran trabajo y por el que ha pasado a la historia de la fotografía española es por realizar el primer censo fotográfico de retratos de bandoleros, para el proyecto pionero de seguridad del gobernador de Córdoba Julián Zugasti. Más amplio es el perfil profesional de Ventura de los Reyes y Corradi (Sevilla 1836 - Sevilla ¿1902?). Pintor con una dilatada formación en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. En 1868 se instala en Córdoba por motivos familiares, donde Corradi simultanea desde 1875 las actividades de fotógrafo, literato, periodista, pintor y docente. Dentro del mundo de la pintura, Ventura llegó a ostentar el cargo de catedrático de la Escuela Provincial de Bellas Artes en la década de los 70, entrando en 1876 formar parte de la Academia cordobesa.
Obras de Rafael Romero Barros, Enrique y Julio Romero de Torres.
Dentro del campo de las bellas artes en la Academia destaca la enorme figura de Rafael Romero Barros (Moguer 1833 - Córdoba 1895), quien practicó la fotografía no sólo como aficionado, sino también en sus obras, ya que realizó algunos retratos iluminados sobre fotografías. Una pasión por el arte de Daguerre que sin duda trasmitió a sus hijos Julio Romero de Torres (Córdoba 1874 – 1930) y Enrique Romero de Torres (Córdoba 1872-1956), ambos académicos y aficionados a la fotografía. Julio la utilizó de forma habitual como herramienta auxiliar para la realización de sus retratos, tomando fotografías a sus modelos como apuntes. Mientras que Enrique documentó fotográficamente sus trabajos de investigación en el Catálogo Histórico-Artístico de la provincia de Jaén y de Cádiz.
Obra de José Sánchez Muñoz.
Dentro del grupo de fotógrafos aficionados podemos enumerar a los académicos Hilario Jesús Solano Sánchez (Belmez), columnista del Diario de Córdoba y empresario; José Sánchez Muñoz (Córdoba 1845 - 1911) hijo del gran industrial Sánchez Peña, es un claro ejemplo del aficionado a la fotografía entre las clases acomodadas de la burguesía cordobesa del último tercio del siglo XIX. Algo posterior es José Martín Ribes (Córdoba 1896 – 1976), hombre de ciencia y catedrático de la escuela de Veterinaria de Córdoba. Este tuvo entre sus grandes pasiones la fotografía y el cine, siendo pionero en nuestra ciudad en trabajos de microfotografía. Asimismo, Ribes fue un gran amante de las técnicas de copiado pictorialistas y la mayoría de su obra fue depositada en la Academia cordobesa.
El salario del algodón de Juan Vacas.
Pero hay que esperar hasta el siglo XXI para que la fotografía entre por su nombre en la Academia Cordobesa de la mano del genial Juan Vacas Montoro (Jaén 1923 – Córdoba 2007), socio fundador de Afoco y avalado por su vasta producción artística, que abordó desde el neorrealismo al retrato sicológico y la abstracción. Tras su pérdida, y después de unos años sin presencia de fotógrafos en la institución cultural, el fotoperiodista de Diario Córdoba, Francisco Sánchez Moreno (Castro del Río 1967), volvió a llenar la Academia de imágenes con una excepcional muestra de retratos de los 33 académicos numerarios de la institución. Una presencia ganada por derecho y reconocida desde hace décadas en otras academias españolas como la de San Fernando y que avala el trabajo de tantos cordobeses por la fotografía. Un reconocimiento recíproco que engrandece a la Academia y a la fotografía cordobesa.
Francisco Sánchez Moreno con su obra Académicos.
Fuentes: Actas de la Real Academia de Córdoba. http://www.racordoba.es/ Padrones del Ayuntamiento de Córdoba. Family Search. Diario de Córdoba. GONZÁLEZ PÉREZ, Antonio Jesús. La Mezquita de Plata, un siglo de fotografías y fotógrafos de Córdoba. Córdoba 2007, Fundación Botí. El coleccionista de instantes. RIBES MARTÍN, José. El Guadalquivir, recorrido gráfico del río. Córdoba 1984, Caja Provincial de Ahorros.
1930 Montilla. Entierro de Julio Romero de Torres a su paso por la calle San Fernando.
1911 Montilla. El Vivillo en la cárcel de Córdoba.
Hoy, quería aprovechar para recopilar los nuevos datos que he conseguido recientemente de varios fotógrafos cordobeses y rendir homenaje a uno de los pioneros de la fotografía de prensa cordobesa, Francisco José Montilla Tirado (Rute 1876-Córdoba 1932). Nuestro fotógrafo se inicia como retratista en los últimos años del siglo XIX y muy pronto se granjeó una reputada fama en su céntrica galería de la calle Plata. Pero, sin duda, este profesional ha pasado a la historia de la fotografía local y andaluza por ser el primer fotoperiodista cordobés. Una distinción que corrobora su intensa dedicación a la misma durante más de tres décadas. Y eso en un periodo en el que en Córdoba no existía ningún periódico gráfico, aunque Francisco ya colaboraba en 1903 con la prestigiosa revista gráfica nacional Nuevo Mundo y un año después era corresponsal del primer diario ilustrado español, El Gráfico. Además, en 1905, se convierte en el fotógrafo en la provincia del grupo Prensa Española (ABC y Blanco y Negro), para él que trabajó durante 20 años. Hablamos de unos tiempos en los que la profesión no existía y Montilla, junto a sus colegas, dieron forma al primer fotoperiodismo español. Técnicamente, estos reporteros trabajaban aún con cámaras de cajón, trípode y el peligroso flash de magnesio. Unos medios muy limitados que condicionaron durante décadas la estética de sus imágenes: estáticas y carentes de acción. Las temáticas más habituales eran la fotografía de sucesos, la taurina y los eventos sociales. También, hay que valorar como en estos años Montilla, corresponsal de una provincia modesta, conseguía publicar hasta un par de fotos al mes, una cifra que en el festivo mes de Mayo podía hasta triplicar. Francisco fue un fotógrafo de gran calidad técnica, que lo mismo trabajaba las instantáneas de prensa con su cámara de cajón, que realizaba colecciones de postales, dominaba la primera técnica comercial en color, el autocromo, era un especialista en reproducciones de obras de arte y, por supuesto, era uno de los retratistas más aristocráticos de la ciudad, ya que era el fotógrafo preferido del rey Alfonso XIII durante sus numerosas visitas a la provincia. Una profesionalidad que supo trasmitir a su hijastro José Ariza Hidalgo (Cuevas 1892-Córdoba 1977), quien colaborará en los medios locales como el diario La Voz en la década de 1920, y a su hija Rosalía Montilla Hidalgo (Córdoba 1900-1958), una de las grandes retratistas cordobesas. Por desgracia, su archivo de más de 30 años de profesión y memoria de Córdoba, no hemos sido capaces aún de encontrarlo. Una gran pérdida para la historia de la ciudad y de la fotografía española.
1911 Montilla. Mitin de Pablo Iglesias en el coso de los Tejares.
1923 Montilla. Alfonso XIII y Primo de Rivera de cacería en Moratalla.
1923 Montilla. Lectura del bando de la ley marcial en la plaza de Cánovas, hoy de las Tendillas, y que impuso la dictadura de Primo de Rivera.
1930 Montilla. Niceto Alcalá Zamora inaugura el museo Julio Romero de Torres.
1932 Montilla. Fiesta de fin de año en el Centro Filarmónico Eduardo Lucena.