miércoles, 23 de enero de 2019

martes, 22 de enero de 2019

Miopías: Victoria Adame.

El otro día, hablando con un amigo, me di cuenta de como en los últimos años ando tan absorto entre el trabajo y la investigación de historia de la fotografía, que estoy bastante desconectado del panorama de la fotografía actual. Por ello, me he auto impuesto la tarea de actualizarme y ya de camino traer al blogs, que últimamente lo tengo un poco abandonado, las cositas que me gusten.

Hace casi un año, me encontré con el el interesante trabajo de la cordobesa Victoria Adame, cuando exponía su trabajo Miopías en la Fundación Antonio Gala. Pero es ahora cuando la he redescubierto desde su Intagram. Seguramente muchos ya la conoceréis, ya que en los últimos años ha sido seleccionada para importantes distinciones en PhotoEspaña o más recientemente para la beca Viana.

Formalmente, creo que su fotografía bebe de las fuentes más clásicas de la fotografía, muy especialmente en su trabajo en blanco y negro Circo. Aunque es innegable cierta mirada contemporánea en su fotografía en color, pero yo encuentro en su trabajo Miopías, una búsqueda de los volúmenes que me recuerda mucho a un gran clásico como Ernst Haas.

No obstante, si algo me llama especialmente la atención en su obra es el proyecto, ya que se aprecia un trabajo muy intenso y prolongado a los proyectos. Algo que es muy de agradecer, porque, al menos eso creo yo, en estos tiempos de inmediatez, la fotografía lo que más necesita es mucho trabajo y mucho reposo, vamos, tiempo. Tiempo para producir un trabajo y tiempo para que madure la obra y el fotógrafo.

Bueno no me enrollo más, ahí arriba tenéis los enlaces a su web, un poco rara porque solo encuentro una foto, su instagram, con muuuuuuuchas más imágenes, y ya más ordenadas en la revista Lens Culture.

Victoria Adame, Miopías.

martes, 8 de enero de 2019

Córdoba 2018.



Bueno, este año no me he retrasado tanto, ya he realizado el pdf con el resumen de las fotos de prensa del 2018 que hice para mi diario. Como siempre, es solo una pincelada de las que más me han gustado entre las miles de fotos realizadas y recordar lo que deparó gráficamente este 2018. Está en la plataforma ISSUU, donde podréis ver años anteriores. Espero que os guste.


lunes, 7 de enero de 2019

Ya es 2019 en Blade Runner.


Ayer, después de muchos años, volvía a ver una película mítica para mi generación: Blade Runner. Y, sorprendentemente, comprobé que ese futuro, el de la película, ya ha llegado. Ya estamos en 2019. No voy a intentar analizar esta película de culto de la que tanto se ha escrito. Solo quiero homenajearla, porque esta película ha sido mi compañera de viaje desde que, allá por 1983 con apenas 15 años, la vi por primera vez en el viejo y gigantesco cine Lucano. Simplemente, sus imágenes y su música han formado parte de mi vida.

En una época en la que no existía Amazon, me costó varios años conseguir la banda sonora original de Vangelis, por supuesto en vinilo, o el libro de Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, en el que está basado la película. En 1992, cuando el AVE aún no funcionaba, viaje a Madrid solo para ver en los cines Renoir la nueva versión en la que Scott eliminaba la voz en off de Harrison Ford e incluía una escena de un unicornio. E iluso de mi, en 2017, me atreví con la segunda parte.

Pero quizás, lo mejor de todo es que Blade Runner  me recuerda a algunos de mis mejores amigos: Pepe, Jose Carlos o Tony, quienes podíamos tirarnos horas hablando de los personajes, de la dirección de Ridley Scott o del célebre monólogo de Roy Batty:

Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.     

Pero ayer, aunque ni yo ni Harrison Ford somos tan jóvenes, comprobé lo bien que ha envejecido. Aunque algunos de sus vaticinios, sobre todo los tecnológicos, aún no tenemos coches voladores, no se han cumplido. Sin embargo, en muchísimos otros, la película fue una visionaria y adelantó algunos de los grandes temas de nuestro tiempo, como la superpoblación en las grandes ciudades, la diversidad étnica y sobre todo los problemas éticos y morales de la tecnología aplicada a la vida.

Además de por todo esto, ayer fue especialmente emocionante para mi volverla a ver, porque la vi con mi hijo Julio. Por ello, ahora si puedo afirmar que pase lo que pase, todos esos momentos que he vivido con esta película, nunca se perderán como lágrimas en la lluvia.