La "nueva" fotografía más antigua de Córdoba: Émile Pécarrère 1851-1852
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La puerta del Perdón desde el Patio de los Naranjos, 1851-1852. Pierre Émile Joseph Pécarrère. |
Hace un año, tuve la suerte de dar a conocer, gracias a la ayuda de mi amigo Carlos Sánchez Gómez, uno de esos rarísimos incunables de la fotografía cordobesa que con suerte aparecen una vez por década. Se trataba de una clásica vista de la ciudad desde la orilla del Guadalquivir realizada por el abogado, viajero y fotógrafo aficionado galo Pierre Émile Joseph Pécarrère (Pau 1816-1904). La copia estaba firmada y con la palabra Cordoue en el interior de la imagen. Según su biógrafo y otros especialistas, la estancia de Émile en España se produjo entre 1851 y 1852. Por lo que nosotros la datábamos entre el otoño y la primavera de estos años por el extraordinario caudal del río a su paso por el Puente Romano, propio de esas estaciones que es cuando más llueve en la ciudad. Un fecha que adelantaba solo por unos meses a las fotografías de Edward King Tenison, firmadas en la misma imagen por el autor a finales del verano de 1852. Estas, junto a la toma de Alphonse De Launay de 1854, son fotografías muy raras por estar todas realizadas con la técnica del calotipo o negativos de papel. Un proceso que en España fue muy poco habitual, ya que su inventor, Willian Fox Talbot, cobraba una patente por su uso, mientras que el daguerrotipo estaba libre derechos. Pero el talbotipo, como también se conocía en honor a su inventor, permitía la realización de innumerables copias de gran tamaño, conocidas como papeles a la sal. No obstante, estas imágenes son muy escasas porque estos fotógrafos eran aficionados y los tirajes que realizaban eran muy cortos.
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Vista de Córdoba desde el Guadalquivir, 1851-1852. Pierre Émile Joseph Pécarrère. |
El balcón de encima inmediatamente de la Puerta del Perdón se accede por la escalera, y normalmente era un trastero. El superior era la casa del Campanero, en la que vivian cuatro familias, yo no veo a nadie en él pero no puedo presumir de vista desde luego. Un saludo.
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